viernes, 31 de octubre de 2008

AZOTEAS O SOTEAS

"Bajel pirata que llaman por su bravura El Temido"

A pesar de las restricciones normativas impuestas por el urbanismo, referidas a la fachada de las edificaciones y a las condiciones mínimas de habitabilidad, la cultura del habitar, la cultura del habitante, se expresa con aparente libertad en aquellos lugares donde las Administraciones y sus mecanismos de control no alcanzan. Si bien la mayor parte de los interiores de las casas van cambiando según las apetencias o necesidades de sus habitantes, es en las azoteas de las viviendas donde este fenómeno se produce de una forma más libre, esto es, al margen de los condicionantes impuestos por la estructura o por las preexistencias de todo tipo. Si bien en el interior de las viviendas el habitante dibuja su concepción espacial sobre un folio ya escrito, es en las azoteas donde ese mismo habitante dibuja sobre una hoja prácticamente en blanco. Allí se asoman a contemplar los atardeceres o los voladores de San Juán

jueves, 30 de octubre de 2008

MALETAS


Pensándolo mejor voy a sacar
de mi vieja maleta el libro, la batea...
voy a pintar y a barnizar de nuevo
su gastada madera,
voy a quitarle el hilo y a ponerle
la cerradura nueva
y con ella vacía me acercaré a la Isleta,
y al primer forastero de la muerte,
que llegue a pisar tierra
se la regalo para siempre suya,
y que la use y nunca la devuelva
¡no quiero más maletas en la historia
de la insular miseria!
(La maleta, Pedro Lezcano)


Mucho ha llovido, más de un siglo, desde que La Isleta era sinónimo de puerto, de pobreza, y también de pueblo, de participación. De La Isleta partían lás frutas del paraíso o los emigrantes y a La Isleta llegaban las mercancías y las noticias. En un momento determinado, a mediados del Siglo XX la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y el Puerto (desde La Isleta al Refugio) estaban separados por un último espacio sin urbanizar. Lo que hoy conocemos por Mesa y López fue en realidad el último gran pelotazo urbanístico de la ciudad baja. Con esa operación (la de mayor densidad edificatoria) la ciudad completó su trama urbana uniendo así sus dos centros históricos. Todavía en los años 1980 y 1990 los vecinos del barrio para referirse al resto de la ciudad decían "vamos a Las Palmas" y los demás para referirse a La Isleta decían "vamos al Puerto".

miércoles, 29 de octubre de 2008

URBANISMO Y PARTICIPACIÓN

"La participación ciudadana es un conocimiento acumulado que puede sustituir mucha información urbanística" (Carlos Verdaguer)
Imaginemos por un momento que nos preguntaran sobre el futuro del barrio de La Isleta. ¿Qué respuesta dariamos?. Seguro que todos hemos debatido una y mil veces sobre posibles soluciones a problemas que diariamente nos aquejan. Cómo evitar las colas al entrar y salir del barrio, comó solucionar los problemas de aparcamiento, cómo mejorar la oferta cultural y de ocio, cómo recuperar el espacio de El Confital, cómo intervenir en la zona militar. En cualquier caso ninguno/a de nosotros/as tendría una respuesta clara acerca de ese futuro, ni falta que hace. Parece más lógico que, ante cualquier pregunta sobre el futuro, nuestra respuesta girara en torno al presente. Nadie mejor que los/as vecinos/as para aportar información sobre lo que está sucediendo en el barrio.

Precisamente de la participación ciudadana en el campo del urbanismo trataba el Taller celebrado los días 6 y 7 de octubre en la Fundación Cesar Manrique. El urbanista Carlos Verdaguer aportó algunas claves sobre la forma de abordar un problema tan complejo como es la intervención en la ciudad y la creación de la ciudadanía. El taller se llamaba "La ciudad de las tres ecologías: una posible introducción al eco-urbanismo". Para más información se puede consultar la nota publicada por la propia Fundación sobre el evento.

martes, 28 de octubre de 2008

SOBRE LA EDUCACIÓN

"Estudié en un centro público, en el que se practicaban los "itinerarios", tan del gusto de la derecha. Eso quería decir que, a los 140 niños de 11 años, agrupados en cuatro sextos, nos ordenaban por los criterios que los profesores consideraban asociados a la "inteligencia", pero que vista la evolución de todos nosotros, tenían más que ver con la obediencia. Tuve la suerte de ser seleccionado para sexto A; mis compañeros que fueron asignados al sexto D perdieron, en el mejor de los casos, tres años de su vida, con el consiguiente despilfarro de dinero público. En el peor, perdieron la vida con la droga o en cárceles. El estigma que suponía entrar en sexto D era empleado como amenaza, para disciplinarnos. Además, había unos veinte niños no escolarizados, como los gitanos. Por lo tanto, de unos 160 niños de mi edad llegamos a BUP 14. Cuando escucho lo bueno que era antes el sistema educativo estoy viendo a alguno de esos 14 olvidándose de los otros 146."
(Extracto del artículo de MARTÍNEZ, José Saturnino: "¿Crisis de la educación?" en El País, 14 de enero de 2008.)
Quién quiera leer el artículo completo no tiene mas que pinchar aquí:

lunes, 27 de octubre de 2008

POLICÍAS Y LADRONES

Abarcábamos hasta tres calles: la de arriba, Tecén, la de abajo, Ansofé, y la nuestra, Tauro. Nos dividíamos en dos equipos y nos dábamos a la tarea de librar al mundo de los malos. Nosotros éramos los buenos, los policías, y corríamos arriba y abajo, saltábamos el muro alto o nos metíamos en zaguanes para encontrar a aquellos ladrones chiquitos que a su vez, cuando perdían, pasaban a ser los policías. Luego nos enteramos que así también era la cosa de los mayores. Que a los buenos a veces les tocaba ir a la cárcel por algo malo que habían hecho, y los políticos también corrían arriba y abajo.

Después de muchos años de rivalidad entre nuestra calle y la calle de arriba, aquella temporada decidimos unir nuestras fuerzas para enfrentar a enemigos comunes de la Isleta, en el primer campeonato del Barrio. De aquella sabia decisión, de la unión entre Tecén y Tauro, salió el Centauro, animal mitológico llamado a ser la rebelación del torneo. Celebramos con derrota nuestro primer partido en los Barracones, con camisetas verde claro y un entusiasmo único en los niños. Aquel campo de tierra era de los militares, pero nosotros nos colábamos por un agujero hecho en la pared. Es curioso tener huecos en la memoria como se tienen rostros, o una jugada por la banda, sin principio ni fin.

viernes, 24 de octubre de 2008

CONTRADICCIÓN

Presupongamos por un momento que existe buena voluntad en los encargados (políticos, técnicos, empresas constructoras) de mejorar las calles del barrio de La Isleta.
Se dispone de un dinero (que casi siempre sale de los fondos estructurales de la Unión Europea) para mejorar el estado de las calles en el barrio de La Isleta. El político de turno (que se vende como buen gestor de los fondos públicos) encarga un proyecto al equipo técnico del Ayuntamiento. El equipo técnico (conocedor de los problemas que afectan al barrio) presenta al político una propuesta que consiste en el ensanche de aceras para cumplir con la normativa, el cambio del sentido de la marcha en algunas calles, la peatonalización de otras, la implantación de arbolado, etc... El político plantea que si bien la propuesta se puede ejecutar con el dinero existente, el hecho de reducir el número de aparcamientos o cambiar el sentido de la marcha del tráfico puede provocar rechazo por parte de los vecinos. Para optimizar la gestión del dinero, la obra debe evitar en lo posible que sufra contratiempos. Los técnicos aventuran la posibilidad de realizar jornadas informativas en las que se explique el beneficio que implican dichos cambios para el barrio. También se puede implicar a los vecinos en el diseño de las soluciones. El político indica que si la obra no se comienza antes de un mes el dinero se perderá. Los técnicos presentan una nueva propuesta que combina, ahora sí, todos los factores: la empresa constructora debe ejecutar las aceras tal y como están ahora, eso si, con los rebajes necesarios para acceder a portales y garajes. Donde hay aceras de 30 centímetros de ancho, volver a poner aceras de 30 centímetros; en las esquinas poner pasos de peatones siguiendo las normas establecidas (qué importancia tiene que el ancho de las calles sea de 3 metros); colocar el modelo municipal de papeleras donde se encontraban las del modelo antiguo. Debemos recordar a políticos y técnicos de las Administraciones Públicas que gestionar no significa gastar todo el presupuesto en el tiempo establecido y tener al corriente las facturas. En el caso de La Isleta se ha malgastado ese dinero y probablemente se seguirá malgastando en las próximas actuaciones, porque todavía nadie quiere asumir que cualquier cambio que se proponga en el barrio debe ser cuando menos consultado con sus habitantes.

jueves, 23 de octubre de 2008

REPARTO DE AGUA

Todos los miércoles, a la hora de comer, toca en nuestra puerta el repartidor del agua de Teror. Casi siempre nos deja una caja de botellas de cristal de agua natural (ya saben que tiene menos gas que el agua de Firgas) y cuatro garrafas de agua sin gas. No es algo exclusivo de La Isleta, pero es en nuestro barrio donde este sistema de reparto se muestra como uno de los ejemplos más claros de la tan cacareada sostenibilidad. Tanto la empresa de aguas de Teror, como la de aguas de Firgas son empresas semipúblicas que prestan un importante servicio a la comunidad. Deben existir pocos lugares en el mundo en el que se realice un reparto a domililio de botellas de cristal que son devueltas y nuevamente utilizadas. Lo hemos visto en las películas europeas con las botellas de leche, pero con el agua creo que estamos ante un ejemplo único. En otro tiempo los canarios hacíamos lo mismo con los refrescos. El Clipper y demás bebidas venían en botellas de cristal que eran también llevadas a las tiendas para su reutilización. En los años 1980 llegaron los envases de plástico y rápidamente desplazaron, por simple comodidad, a un sistema que era mucho más sostenible. En fin. Quiero iniciar este blog rindiendo un homenaje a los repartidores de agua. En los futuros planes que se realizen para La Isleta lo menos que podemos hacer es dejar un lugar de carga y descarga reservado para los camiones de reparto de agua en los horarios que desarrollan su labor en el barrio. Algo tan simple, pero también tan necesario.
(Publicado el 17 de septiembre de 2008)

miércoles, 22 de octubre de 2008

ACERAS

Después de más de 100 años sin remodelar sus aceras, algunas calles del barrio de La Isleta vieron como se acercaban las excavadoras, los topógrafos, las cintas métricas. Los vecinos pensaban que había llegado su momento. Por fin se acabarían las humedades de las casas, por fin caminar sobre las aceras, niños jugando en las calles, límites a los coches. Decidieron aguantar los socavones, el ruido infernal, las grietas en las paredes, los tableros a la entrada de la casa. Cuando por fin despertaron, ya no estaban las máquinas, ni los técnicos, ni los agujeros. Las aceras seguían en su lugar y los coches y los niños. Todo era nuevo, pero un poco más pobre. Donde estaba el mosaico de azulejos ahora había un pavimento carcelario, donde el estadal era de piedra ahora era de hormigón. -¡Bueno! al menos un lavado de cara- pensaron, -ahora tenemos 100 años para darle vueltas.