lunes, 18 de mayo de 2009

Defender la alegría

En cierta ocasión, en el teatro Guiniguada, en Vegueta, Mario Benedetti respondió al profesor Reina sobre la diferencia entre Hispanoamericano, Iberoamericano y Latinoamericano. Fue tan sencilla la explicación que dio Benedetti que no quedó nadie en aquella sala que no aprendiera la lección del maestro.
Tantas veces leido y escuchado y cantado, sus palabras son compañeras de mente: La Ceiba antillana, el Ombú en su Pampa húmeda o el Sauce de Tacuarembó, la mujer desnuda y en lo oscuro, o los formales y el frío.

Ahora que ya no está con nosotros, nos nace decir lo que el maestro "son macanas que los hombres no lloran" "aquí lloramos todos gritamos berreamos moqueamos chillamos maldecimos" "porque es mejor llorar que traicionar" "porque es mejor llorar que traicionarse" "llorá pero no olvides"