miércoles, 5 de noviembre de 2008

CALÇETEIROS


Las calles de Lisboa están llenas de dibujos en piedra. Se trata de miles de mosaicos que combinan la piedra blanca caliza con la piedra negra basáltica. Se dice que el monumento más grandioso que podemos descubrir en Portugal es sin duda el trabajo de los Calçeteiros en las aceras y calles de Lisboa, de Oporto, de Funchal... Esa prodigiosa obra de arte sigue viva en los centros de las ciudades, hasta el punto de no permitirnos despegar la vista del suelo.
Allí vemos a estos pacientes artesanos de la piedra conformando cada pieza en forma de cubo para su puesta en escena: galeones, dameros, dibujos geométricos... la imaginación ha tomado las calles portuguesas para el deleite de los visitantes. Este esfuerzo de tantas generaciones bien merece la pena. Las calles se humanizan ante tanta irregularidad y tanto esfuerzo.

Aunque a nuestras islas llegaron muchos portugueses que nos dejaron el margullo o el fechillo, tuvo que ser un proyecto ya en pleno siglo XXI el que trajera a nuestra ciudad el maravilloso pavimento portugues. Para contemplar esa primera muestra de arte lusitano basta acercarse a la plaza situada delante del edificio Woermann, antes de llegar a La Isleta. Dicen que desde lo alto del edificio se puede ver la silueta de una mujer desnuda. Lástima que a nadie se le ocurriera poner un uso público en esa privilegiada atalaya.

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