Pero los tiempos cambiaron, y también el público y el cine. La reconversión no llegó a darle el uso que el espacio pedía y, aunque el Ayuntamiento realizó un último intento convirtiéndolo en la sede de la Universidad Popular del Barrio, finalmente fue abandonado a su suerte. Los tiempos de bonanza económica pujaban por aprovechar cualquier resquicio de la ciudad para el beneficio inmobiliario y así, en el año 2003, el cine Victoria, como aquel Roxi cantado por Serrat o el Cinema Paradiso de Giussepe Tornatore, también dejaba paso a una promoción de viviendas.
Todavía, cuando paso por allí, imagino la silueta del cine descansando en ese rincón del barrio, más o menos como el sombrero en el charco de arenas movedizas.
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